AVENTURAS POR MARRUECOS - FEZ
 

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 FEZ, LA CIUDAD DE LOS MIL LABERINTOS
 


 Fundada en el siglo IX por Idris II, Fez alberga la Medina más antigua de Marruecos y una de las más grandes de todo el Magreb, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.


La ciudad, dividida en tres zonas claramente diferenciadas, conserva tradiciones 
perdidas ya en el mundo occidental como el curtido de pieles de forma artesanal, un trabajo que se realiza de la misma forma desde hace siglos.

 

Pasear por las laberínticas calles de Fez transporta a mundos pasados en los que alfareros, forjadores y artesanos conviven con el visitante extranjero, que no deja de sorprenderse observando sus gentes y olfateando los múltiples aromas y olores que inundan la atmósfera de esta ciudad.

Fundada en 799, años más tarde Fez se convertiría en la primera capital del reino de Marruecos y volvería a ostentar esta condición en dos ocasiones más durante los reinados de los Merínidas y de Moulay Abadía, hasta que en 1913 los franceses otorgan la capitalidad a Rabat. En realidad, Fez son tres ciudades en una.



La ciudad nueva, fundada por los franceses en 1920 y sin ningún interés para el visitante, Fez el Bali ("la vieja") y Fez el Jedid o Fez la Nueva, una ampliación de la metrópoli anterior, realizada bajo la dinastía de los Benimerines en el siglo XIII. Pero es, fuera de toda duda, el laberinto medieval con más de 9,400 calles que conforma Fez el Bali lo más atractivo de Fez.



Los distintos gremios profesionales que coexisten allí se distribuyen en diferentes barrios según la especialidad que ejercitan, existiendo el barrio de los artesanos, el de los alfareros, forjadores, sastres... Perderse por el zoco de Fez se convierte en todo un placer para los sentidos si te dejas llevar por el instinto y el olfato.

Las calles, sinuosas y muy estrechas, y las casas, muy altas, dejan pasar pocos rayos de sol conformando unos juegos de luces y sombras enigmáticas y misteriosas; algo que acrecienta la sensación de estar en otro mundo. Espejos, perfumes, gallinas, palomas, platería, oro, babuchas, sandalias, chadores, chilabas, tambores, verduras, frutas, alfarería, cerámica, forjados, hierbas (nada ilegal), especias, retratos del rey, cereales, libros, cristalerías y todo lo imaginable, todo, está aquí. El constante traqueteo de los burros, cargados con mercancías de diversas procedencias, te transporta a un mundo de ensoñación únicamente roto por el grito de “barak” con el que el dueño del animal avisa a los transeúntes del paso del asno. 

PANORÁMICA

Lo primero que hay que hacer por Fez es contemplarla desde lo alto, desde alguno de sus miradores panorámicos, por ejemplo, desde el Hotel des Merinides, en El Kolla, o justo enfrente de éste, desde el Bordj Sud, un museo de armamento que ocupa un bastión de origen almohade.

CALLEJEAR

Lo mejor que se puede hacer en Fez es perderte por ella. Porque es una ciudad para vivir, para oler, para imaginar y recrearse en la era medieval, para comprobar cómo persisten todavía viejas profesiones como la de orfebres, caldereros, hojalateros, tintoreros, talabarderos y curtidores organizados en gremios, igual que hace siglos.


                      ZOCOS

Entre los diferentes zocos de la Medina que acogen a sus respectivos gremios hay edificios significativos como la zaulia de Muley Idriss, uno de los lugares sagrados de la ciudad, la madrasa de El Attarin, la universidad Qarauin, una de las más antiguas del mundo, o la plaza Es-Seffarin, anexa al zoco de los tintoreros.

BARRIO DE LOS ANDALUCES

Levantado por familias musulmanas expulsadas de Andalucía en el año 818, en pleno apogeo de la civilización andalusí, el barrio, con sus artesonados, bronces, esculturas, escayolas esculpidas y, sobre todo, con su Mezquita de los Andaluces, es la mejor muestra del esplendor y la riqueza de aquella época.

FEZ EL DJEDID

Separada por los jardines de Bab Bu Djelud y al oeste de la anterior, aparece ya Fez el Djedid o "la Nueva", con centro neurálgico en el gran palacio real de puertas doradas a cuya sombra se extiende el barrio judío el Mellah, y algo más allá, hacia el suroeste, uno se adentra en la nueva ciudad colonial de inequívoco aire francés. El Fez de los hoteles y mansiones.

                EXCURSIONES

En los alrededores de Fez se encuentran Sefrou (Fiesta de las Cerezas, en junio; Moussem en agosto), Ifrán (deportes de invierno, montañismo), Immouzer (fiesta bereber de la miel, en mayo), Azrou (el más bello bosque de cedros de Marruecos) y Taza (primera capital almohade y polo de atracción de la espeleología).

 
 

 

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